MÁS QUE UNA PROFESIÓN, UNA FORMA DE VIDA

Cuando escuché por primera vez de la existencia del Trabajo Social sentí una sensación hermosa, como amor a primera vista.
Cuando me explicaron en qué consistía la carrera aparecieron en mi mente muchas preguntas pues cómo una sola persona podía empoderar a muchas personas, para mí era difícil entender la carrera y esto se volvió un reto para mí, descubrir.
A lo largo de los años universitarios se fueron disipando mis dudas, se fue acrecentando el amor y pasión por la profesión.
Me emocionaba e ilusionaba lanzarme a la experiencia.
Una vez que culminé la carrera mi mayor objetivo era conseguir un centro de trabajo y poner en práctica todo lo aprendido, fue difícil debo admitirlo, pues todos piden experiencia mínima de 2 años y de dónde la iba a sacar si no me daban la oportunidad.
Para mi buena suerte una ONG me dio la oportunidad de laborar para ellos y demostrar todos mis conocimientos.
Todo lo que viví en la ONG me hizo amar más la carrera y cambiar mi perspectiva sobre ella, desde allí aprendí que el Trabajo Social no es sólo una profesión, es una forma de vida para que ellos que la amamos y vivimos sólo para hacer felices a los demás.


Tamara Santamaría.
Bolivia, 2015

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