Tres grandes concepciones de Justicia social conviven en la actualidad: Justicia Social como Distribución (Rawls, 1971; Nussbaum, 2006; Sen 2010), Reconocimiento (Collins, 1991; Fraser y Honneth, 2003; Fraser, 2008) y Participación (Young, 1990; Miller, 1999; Fraser y Honneth, 2003; Fraser, 2008). El primero está centrado en la distribución de bienes, recursos materiales y culturales, capacidades; el segundo en el reconocimiento y el respeto cultural de todas y cada una de las personas, en la existencia de unas relaciones justas dentro de la sociedad; y el tercero está referido a la participación en decisiones que afectan a sus propias vidas, es decir, asegurar que las personas son capaces de tener una activa y equitativa participación en la sociedad.


JUSTICIA COMO DISTRIBUCIÓN:

La Justicia Distributiva está basada en el modo en que los bienes primarios se encuentran distribuidos en la sociedad (Rawls 1971; Beauchamp, 2001). Sus principios, que delimitan la apropiada distribución de los beneficios y los lastres en la sociedad, son los siguientes:

  • Justicia igualitaria: a cada persona una parte igual. Aunque esta idea puede resultar inicialmente sencilla, la principal dificultad que entraña es que las personas comienzan con diferentes beneficios y lastres sociales. No son iguales en todos los aspectos, de modo que la igualdad en la distribución de los bienes sociales acarreará desigualdades inmerecidas; dichas desigualdades podrían evitarse mediante la redistribución, por medios tales como la tributación redistributiva y un sistema de bienestar social. 
  • Justicia según la necesidad: a cada persona de acuerdo con sus necesidades individuales; de tal forma que los que tienen más necesidades de un bien deben poseer asignaciones mayores. Este principio demanda una redistribución de los bienes sociales cuando ésta sea necesaria para satisfacer las necesidades humanas básicas. Así, exige una redistribución de los bienes sociales para impedir que las personas vivan en condiciones de desventaja social y material significativas por causas ajenas a su voluntad.
  • Justicia según el mérito: a cada persona según sus méritos. Según este planteamiento los que más contribuyen a la generación de beneficios sociales y de riqueza deben tener también una mayor proporción de los mismos (Beauchamp, 2001). Desde esta forma, la ideología liberal defiende que el mismo es la base de la generación de riqueza y el trabajo contributivo, dado que aporta un incentivo para lo que más aportan. Las diferencias entre los individuos que son relevantes para la distribución diferencial de los bienes sociales es su propia contribución a la generación de beneficios sociales.

JUSTICIA COMO RECONOCIMIENTO:

El segundo gran planteamiento es lo que se ha llamado la Justicia Relacional (o cultural), definido como ausencia de dominación cultural, no reconocimiento e irrespeto (Fraser, 1997; Fraser y Honneth, 2003). 
Como señala Fraser (1997), las reivindicaciones de justicia social en el mundo actual parecen dividirse en dos tipos cada vez más claros. El primero, quizá el más afamado, hace referencia a las de redistribución, reivindicando una distribución más justa de bienes y recursos. Como ejemplos, tenemos las reivindicaciones de la redistribución Norte-Sur. Hoy en día sin embargo, es posible encontrarse con un segundo tipo de reivindicaciones de justicia social en las llamadas “políticas de reconocimiento”. Aquí el objetivo que resulta más viable es un mundo que acepte las diferencias de un modo amistoso, en donde el asimilar las normas culturales dominantes o de la mayoría ya no tenga el precio de un respeto igualitario. Se nos presenta efectivamente lo que es entendido como una elección: o redistribución o reconocimiento; o política de clase o política de identidad; o igualdad o diferencia; o pluriculturalismo o igualdad social. Son antítesis falsas.
La valoración de las minorías étnicas, raciales y sexuales intentan desarrollar un nuevo paradigma de la justicia que sitúa al reconocimiento en su centro. El ascenso de la política de Identidad ha cambiado el foco de las reivindicaciones de la redistribución igualitaria. El distanciamiento generalizado de la política cultural respecto de la política social y de la política de la diferencia respecto a la política de la igualdad ha llevado a una polarización. Sin embargo, Fraser sostiene que son falsas antítesis, puesto que se exige tanto la redistribución como el reconocimiento. Hay que integrar los aspectos emancipadores de las dos problemáticas. Consiste en idear una orientación política programática que integre lo mejor de la política de la redistribución y lo mejor de la política del reconocimiento.
El término “reconocimiento” tiene su origen en la filosofía hegeliana y, de manera más específica, de la fenomenología de la conciencia. Desde esta perspectiva, el reconocimiento señala una relación recíproca ideal entre personas, en la que cada uno contempla al otro como su igual y a su vez como separado de sí mismo. Esta relación se compone de la subjetividad: donde cada uno se convierte en ser individual sólo en la medida en que reconoce al otro sujeto y es reconocido por él.
En esa idea, el filósofo político estadounidense Michael Walzer (1983), partiendo de una crítica a la idea de igualdad, habla de las “esferas de justicia”, afirmando que de cualquier situación de igualdad pueden surgir desigualdades que será preciso reprimir, y que de esta represión nacerá una desigualdad entre los que posean el poder de represión y aquellos que no lo posean. De este modo, el problema no es la desigualdad, sino la dominación. Y hay que tener en cuenta que para que exista justicia ningún bien social debe ser utilizado como medio de dominación. 
Las diferencias entre esta concepción de Justicia como reconocimiento y de Justicia Distributiva pueden ser resumidos por la propia Nancy Fraser (1997) en cuatro elementos:
  1. Los dos enfoques asumen concepciones diferentes de injusticia: la estructura económica de la sociedad (marginación, explotación y privación); o injusticias culturales vinculadas a procesos de representación, interpretación y comunicación.
  2. Proponen diferentes tipos de soluciones. En el enfoque de la redistribución el remedio de la injusticia es algún tipo de reestructuración económica. Mientras que en el enfoque del reconocimiento la solución es el cambio cultural o simbólico o la reevaluación ascendente de las identidades no respetadas o sus productos culturales.
  3. Asumen concepciones diferentes de las colectividades que sufren la injusticia. En el enfoque de la redistribución, los sujetos colectivos de injusticias son clases o colectividades definidas por el mercado o los medios de distribución. La marginación habla de grupos de estratos en terminología de Weber más que a las clases sociales de Marx. Mientras que el enfoque del reconocimiento se refiere al reconocimiento en relación con el género, la sexualidad, etc.
  4. Las diferencias de grupo se ven desde el primer enfoque como diferenciales de injusticia, ligadas a estructuras socialmente injustas y por tanto se deben abolir. Frente al enfoque interpretativo está vinculado a una jerarquía de valores y requieren reevaluar los rasgos devaluados.
La profesora Fraser critica ambas posiciones pues describe que las injusticias pueden ser claramente bidimensionales como la raza o la clase social. Reflexiona sobre una “tercera vía”, una nueva constelación de la cultura política donde la redistribución y el reconocimiento convergen a causa de la aceleración de la globalización económica y debido al descentramiento del marco nacional como referencia (Fraser y Honeth, 2003). Se plantea ¿cómo elaborar un marco integrador de ambos paradigmas? Es en el enfoque integrador en el que se puede satisfacer los requisitos de la justicia para todos

JUSTICIA COMO PARTICIPACIÓN:

La tercera concepción actual de Justicia Social hace referencia a la Participación. Así, sugiere que la Justicia implica la promoción del acceso y la equidad para asegurar la plena participación en la vida social, especialmente para aquellos que han sido sistemáticamente excluidos sobre la base de su etnia, edad, género, habilidad física o mental, educación, orientación sexual, situación socioeconómica u otras características del grupo de pertenencia (Bell, 1997; Hartnett, 2001). De esta forma, la Justicia Social se asienta sobre la convicción de que todos los seres humanos tienen derecho a un trato equitativo, a un apoyo para alcanzar sus derechos humanos y a una distribución justa de los recursos sociales. 
En este sentido, esta idea de justicia se fundamenta en la redistribución de bienes primarios, sin embargo considera que no es suficiente con el mero reparto de bienes materiales, sino que también resulta imperativo difundir otros “bienes” asociados. La igualdad de oportunidades, el acceso al poder, la posibilidad de participar en diferentes espacios públicos o el acceso al conocimiento son algunos de estos otros “bienes”. De tal forma que la distribución de materiales y de reconocimiento son, sin duda, nociones de justicia. Por ello se ha de ampliar este planteamiento y entender la justicia social como un procedimiento o proceso en la medida se convierte en una herramienta para lograr una justicia distributiva y un reconocimiento político. 
Honneth (2003) considera que una de las formas de falta de respeto o minusvaloración de las personas está directamente relacionada con la participación democrática. De modo que los ciudadanos sin ésta se encuentran directamente y estructuralmente excluidos de determinados derechos otorgados por la propia sociedad. El hecho de experimentar la negación de estos derechos conlleva la falta de consideración propia y de respeto hacia uno mismo. En estas circunstancias se merma la capacidad de relacionarse como un igual poseyendo los mismos derechos que los demás ciudadanos. Para Honneth existe un vínculo claro entre la ausencia de respeto y reconocimiento y la falta de participación en la comunidad amplia y sus instituciones. 
Esta conexión es igualmente evidente para Iris Marion Young (1990), la cual considera que el enfoque de Justicia Social necesita una perspectiva más extensa acerca la eliminación de la opresión y dominación institucional. Por lo que cualquier enfoque sobre justicia debe estar centrado en los procesos políticos pues conllevan gran variedad de injusticias. Ello incluye tanto la injusta distribución de bienes como la injusta distribución del reconocimiento social. Insiste en situar a la justicia en las normas y los procedimientos de acuerdo con el lugar donde se toman las decisiones. Young (1990) afirma : 
La idea de la justicia subraya… los elementos procesuales de la participación en la deliberación en los procesos de toma de decisiones. Para que una norma sea justa, todo el mundo que la aplica debe tener la oportunidad de ser considerado con una voz eficaz y debe tener la posibilidad de estar de acuerdo con ella sin coacción. Para que una condición social sea justa, debe permitir a todos satisfacer sus necesidades y ejercer su libertad; así la justicia requiere que todos puedan expresar sus necesidades. (Young, 1990: 125) 
En este sentido, Young subraya que el principal elemento para lograr la justicia distributiva y de reconocimiento de la diferencia se sitúa en las estructuras de toma de decisiones. Defiende un procedimiento democrático como condición básica de la justicia social. Del mismo modo, Carol Gould (2004) insiste en considerar “la diferencia” en la vida pública como un radical incremento de oportunidades de participación en los diferentes contextos de la actividad común. Para el desarrollo personal es necesario tener la posibilidad de ocuparse de la realización de actividades comunes, así como tener iguales derechos para participar en la determinación de estás actividades. 
Young aboga por un modelo de democracia comunicativa. La participación necesita ejercerse en diferentes instituciones tanto sociales como culturales, en contextos políticos y de gobierno. Esta perspectiva discursiva reclama un modelo más democrático compatible con una gran variedad de nociones de justicia tanto teóricas como prácticas. En este sentido, incrementar la participación supone mejorar las posibilidades de desarrollar una justicia de distribución y de reconocimiento. Este concepto de Justicia Social como “participación” o como procedimiento indica una nueva perspectiva de Justicia Social que complementa a las de “distribución” o “reconocimiento”. 

Fuente: Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación (2011)

Justicia Social

by on diciembre 12, 2019
Tres grandes concepciones de Justicia social conviven en la actualidad: Justicia Social como Distribución (Rawls, 1971; Nussbaum, 2006; Sen ...
El Trastorno de Espectro Austista (TEA) son un grupo de complejos trastornos del desarrollo cerebral. Este término genérico abarca afecciones tales como el autismo, es trastorno desintegrador infantil y el síndrome de Asperger. Estos trastornos se caracterizan por afectar áreas principales, tales como: dificultades en la comunicación, interacción social, así como presentar intereses fijos y conductas repetitivas.(OMS)
A lo largo de los años la prevalencia de este trastorno a aumentado significativamente.
Surgen por ello instituciones especializadas destinadas a promover una vida normalizada a aquellas personas afectadas con el trastorno y brindar a las familias el apoyo psicológico. A lo que la presencia del Trabajo Social es fundamental dentro del equipo multidisciplinario para llevar a cabo el cumplimiento de este objetivo.
A continuación presentaremos las funciones de los/las Trabajadores/as Sociales en este campo de acción.

- Intervención directa:
La intervención directa del el/la Trabajador/a Social en estos casos en concreto está destinada a intervenir directamente con la familia debido a la dificultad del usuario con la toma de decisiones, encontrándose en situación de dependencia de sus progenitores o tutores legales.
Dentro de la intervención directa encontramos diversos tipos de intervención tales como:

1. Clarificar y apoyar: el objetivo de esta intervención es permitirle a las familias analizar los diferentes aspectos de la situación a la que se enfrentan. El profesional se encarga de apoyar a la familia, comprender su situación y ofrecerles una ayuda más cercana, cálida y próxima para que ellos se sientan confianza en los profesionales que van a intervenir con sus hijos.
2. Informar y educar: el objetivo de esta intervención es que las familias hagan valer sus derechos y el de sus familiares con TEA, con total conocimiento de causa.
3. Persuadir e influir: esta técnica no es muy utilizada, pero el/la T.S. intenta encaminar las decisiones de los familiares hacia lo que cree mejor para el usuario, ya que al convivir diariamente con ellos conoce sus necesidades. Para realizar esta intervención se realiza un análisis de todos los factores condicionantes de la situación específica en la que se encuentre.
4. Controlar y ejercer una autoridad: esta intervención también se destina tanto a usuarios como a familiares ya que se impone al usuario coacciones y limites el el/la T.S deben establecer para el correcto funcionamiento de la institución y de la relación entre la familia y el usuario. Además el/la T.S. realiza tres funciones de vigilancia: 1) trabajo de seguimiento, 2) imposición de exigencias y 3)control.
5. poner en relación y crear nuevas aportaciones: con esta intervención se requiere acercar al usuario a nuevas oportunidades que les engrandezcan y les produzcan satisfacción.
6. Estructurar una relación de trabajo con los usuarios: el profesional dota al usuario de medios para realizar actividades de una manera satisfactoria para lograr objetivos que se proponen valorando la realización de estas y proponiendo mejorar de actuación.

- Intervención indirecta:
La intervención indirecta es el espacio que el/la Trabajador/a Social dedica a administrar su trabajo y a organizar los objetivos que se persiguen por y para el usuario. Este tipo de intervención no involucra al usuario.

Dentro de la intervención indirecta encontramos diversos tipos de intervención:

1. Organización y documentación: se caracteriza por tener como objetivo la administración del tiempo, del espacio y de los conocimientos de el/la T.S.  para realizar sus funciones de manera adecuada, estando a total disposición del usuario.
2. Programación y planificación: en esta fase el equipo interdiciplinar participa más activamente, ya que realizan un estudio previo al usuario, y un estudio posterior cuando el usuario ya ha accedido a la Institución, para así fijar objetivos para el usuario, y actividades que consideren favorables para este basados en sus necesidades y posibilidades.
3. Intervención en el entorno del asistido: el/la T.S. tiene como objetivo modificar la relación del usuario en caso de que esta sea negativa para él, ampliar lo máximo su relación con el entorno social, y actuar como mediador en situaciones conflictivas entre usuario y familia
4. Colaboración con otros profesionales: dado que el/la T.S. es el encargado de dispensación de la mediación de los usuarios, es este el encargado de las reuniones con el psiquiatra.
Además el profesional también es el encargado de acudir a las citas con el médico  o cualquier otro profesional sanitario ante la necesidad del usuario.
Esta función se puede realizar de diferentes formas: a) mediante comunicación, b) mediante concertación para evaluaciones conjuntas de profesionales de un usuario o c) trabajo en equipo
5. Intervención con otros Organismos: el/la Trabajador/a Social realiza la coordinación con otras Instituciones para la atención del usuario en otras especialidades médicas o servicios sociales.

ATYPICAL (Atípico en español) es una serie de Netflix del genero novela de aprendizaje. Y desde su estreno ha llamado la atención por tocar un tema poco común para la televisión: el autismo.

Esta serie se centra en la vida de Sam, un joven de 18 años que padece de un trastorno de espectro autista, quien decide tener novia por primera vez y buscar su independencia.

A continuación te presento algunas razones por las que deberías ver esta serie. Quien la haya visto estará de acuerdo con nosotros, y si no la vieron estamos seguros que les encantará, pues no se trata de una serie de adolescentes o una trama que los hará llorar; es el simple retrato de una familia que convive con diferentes problemas y se las ingenia para salir enteros de ellos.



Razones para ver Atypical:

1. Concientización con el TEA: 

Y es que como lo mencionamos anteriormente Sam no es un joven cualquiera, por primera vez en este tipo de series se presenta al protagonista con una diversidad funcional (TEA).
La serie está diseñada para mostrarnos la realidad desde la perspectiva del autismo, realidad a la que poco estamos acostumbrados;  De hecho, su concepto del amor y las relaciones de pareja, harán que reflexiones sobre lo que es importante a la hora de hacer valoraciones sobre este sentimiento.

2. Para toda la familia:

La serie no se basa sólo en la vida de Sam, pues sus demás personajes desarrollan historias paralelas que inevitablemente se relacionan con la vida de Sam que también ganan protagonismo a lo largo de la serie.

3.Realismo:

Esta serie desmitifica mucho el autismo, ya que no todas las personas con TEA tienen dificultades para mantener conversaciones ni tampoco viven "en su mundo" ni carecen de sentimientos, tampoco todos hablan de sí mismos o nunca se enamoran.
La imagen que se tiene de una persona con autismo no corresponde a la realidad. Hay muchos prejuicios en la sociedad sobre el espectro que la creadora intenta romper.

4. Trabajo Social:

La serie nos muestra la intervención del Trabajo Social.
En un capítulo podemos ver como la falta de conocimiento de un policía sobre el TEA le juega una mala pasada en su intervención; confundiendo a Sam (que estaba en medio de una crisis) con una persona drogada; llevándolo a este a la comisaría.
Debido a ello su padre, con ayuda de la trabajadora Social, deciden capacitar al personal de emergencias y policías sobre cómo deben actuar con este tipo de personas.


En definitiva, la serie Atypical nos permite ampliar más la mirada hacia el autismo
En la actualidad vemos que las redes sociales son "lo último de la moda" y encontramos que han surgido cientos de páginas que las están utilizando para hablar de la vocación que tenemos los/las Trabajadores/as Sociales y/o tratan de difundir un mensaje positivo sobre la profesión e incluso encontramos los famosos memes que hacen gracia de algunos aspectos de la carrera. Sin embargo, hay mucho que no te cuentan y hoy te lo contaré yo.

9 cosas que no te cuentan del Trabajo Social

- Para ser Trabajador/a Social debes estudiar una carrera universitaria. Muchas personas que se dedican a realizar labor social consideran que esto es ser Trabajador/a Social y de allí el intrusismo laboral.
- No se reconoce el trabajo que hacemos. Por un lado está el estado que no destina el suficiente presupuesto a los servicios sociales; por otro lado están las personas que desconocen el quehacer profesional, o de conocerlo, tienen prejuicios que ensucian la profesión como que somos los encargados de los descansos médicos o las celebraciones de cumpleaños y fechas festivas.
- Hay gente que nos culpabiliza de ciertas situaciones, como por ejemplo si no se registran los descansos médicos en el plazo determinado los colaboradores no reciben su pago íntegro.
- Muchas personas no tienen interés en conocer lo que hacemos pues consideran que nunca llegarán a necesitar de nuestros servicios.
- El Trabajo Social está mal pagado, muchas veces no hay suficiente presupuesto para el área y en ocasiones caemos en la necesidad de poner de nuestro bolsillo para viáticos o materiales de oficina.
- Estamos en la mitad del Estado que destina presupuestos mediocres, directores de instituciones privadas que prefieren cantidad y no calidad y el usuario con sus situaciones problema.
- Somos humanos. Hay días difíciles, nos cansamos de atender, nos agobiamos; pero pese a ello debemos ser amables, objetivos, pues el usuario confía en nosotros.
- La burocracia ocupa la mayor parte de nuestro tiempo: subvenciones, registros, formatos.
- Hay muchos ámbitos en los que deberíamos estar pero son muy poco conocidos por muchos profesionales como por ejemplo los Juzgados, los penales, los colegios. El peritaje social que aún  no se desarrolla en nuestro país.

Curiosamente con este panorama te preguntas por qué escogiste esta profesión y no encuentras palabras pero sabes que hay algo que te engancha y te motiva.

Y tú ... ¿que más añadirías?